Discurso de Carlos Chablé Mendoza
Cronista de
el 12 de octubre de 2007 en el Parque Central de F. Carrillo Puerto, Quitana Roo
Ma’alob kíin in la’akeex
Wayano’one’
Hoy, más que dar un discurso vengo a hacer una reflexión y breve recuento con ganas de destacar lo importante y en ese sentido les diré que cuando el 12 de octubre del año pasado los miembros del cabildo de Felipe Carrillo Puerto aprobaron que se instituya la medalla Cecilio Chi en sesión publica y solemne celebrada en Tepich ya se estaba festejando de hecho y por primera vez el Día de la identidad y la cultura de los pueblos indígenas de nuestra América.
Fue sin duda una acción que vino a colocar a nuestra histórica ciudad de Noj Kaaj Santa Cruz Xbalam Naj, hoy Felipe Carrillo Puerto, a la vanguardia de esta lucha constante por la defensa de nuestras lenguas, culturas e historias de los pueblos indígenas en especial del pueblo maya. Con este acuerdo de los regidores nos unimos al cuestionamiento iniciado ya hace muchos años hacia aquellos gobiernos e instituciones que celebran un pretendido descubrimiento de América por Colón.
Debo recordar que el 4 de agosto de 1990, luego de una intensa promoción y organización, representantes de organizaciones sociales de Felipe Carrillo Puerto y varios dignatarios mayas pertenecientes a los centros ceremoniales, participaron junto con otros representantes de organizaciones de Yucatán y Campeche en la primera asamblea para conformar el Consejo Maya Peninsular 500 Años de Resistencia Indígena y Popular en el parque de Las Americas de la ciudad de Mérida.
Formar ese consejo no fue cosa fácil. Significaba en ese entonces, hace 17 años, un desafío al poder en turno que prefirió festejar con los gobiernos burgueses de los países desarrollados, encabezados por España, el llamado Quinto Centenario del Encuentro de dos Mundos el 12 de octubre de 1992. Por conveniencia esos gobiernos hablaban de un casi cándido Encuentro de dos Civilizaciones para tratar de esquivar su responsabilidad histórica e hicieron a un lado la oportunidad que tuvieron, en ese llamado Quinto Centenario, de restituir algo de lo mucho que le fue arrebatado a nuestros pueblos originarios.
Por eso, hoy siguen siendo justas nuestras demandas de reparación y restitución de al menos parte de nuestras riquezas naturales y de nuestro patrimonio histórico – cultural saqueado a nuestros ancestros en las diversas regiones del continente.
En ese entonces, quienes participaban en esa lucha precursora soportaron numerosas críticas y fueron marginados por el gobierno en turno. Pese a las adversidades el Consejo Maya Peninsular 500 Años de Resistencia Indígena y Popular se constituyó el 9 de septiembre del mismo año de 1990 durante una gran asamblea realizada en X-cacal Guardia en la que participaron organizaciones de los tres estados de
Otros son y muy distintos los tiempos actuales, pues ahora mucha más gente se interesa por los temas de la identidad, la lengua, la cultura, la libre determinación y la autonomía de los pueblos indígenas y en especial del pueblo maya.
Antes, la lucha por lograr leyes que reconocieran los derechos de los pueblos indígenas y que promocionaban algunos pocos era calificada de subversiva por el poder y algunos medios, en cambio hoy existe un marco legal local, nacional e internacional que los reconoce y es fruto de esa lucha que se fue haciendo poco a poco multitudinaria e internacional en la que muchos hermanos cayeron en diversas partes del continente.
Una muestra contundente de los avances logrados gracias el esfuerzo de los pueblos indígenas y sus organizaciones es la reciente aprobación de
La aprobación de esta importante declaración de
Si en ese entonces nos rodeó la incomprensión, recibimos ataques e incluso la represión oficial hoy finalmente el tiempo nos dio la razón.
Aprovechando la celebración de este día lanzamos un llamado a seguir la lucha, pues hace tiempo que pasamos de la resistencia a la ofensiva, no debemos quedarnos sentados y esperar resultados, hay que seguir los esfuerzos para que todos, indígenas y no indígenas, conozcamos mejor este nuevo marco legal tan importante que reconoce los derechos de los pueblos y ver que se concretice en justicia, desarrollo y bienestar para las comunidades.
In wet laakex, cheen lelo’, Ku bo’otik.
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