Por Carlos Chablé Mendoza
Cronista de la ciudad de Felipe Carrillo Puerto
El 26 de junio de 1915, el llamado jefe constitucionalista Venustiano Carranza creó nuevamente el territorio federal de Quintana Roo que él mismo había desaparecido mediante decreto dos años antes para integrarlo a Yucatán. Al crear nuevamente el territorio lo hizo con los mismos límites y extensión fijados como cuando fue creado por el dictador Porfirio Díaz.
Carranza argumentó que la decisión obedeció a motivos políticos y económicos, entre estos se contó que el estado de Yucatán no soportó la carga financiera que significó esta parte oriental de la Península además de la posición anticarrancista de los políticos y militares yucatecos.
Entre los antecedentes inmediatos a la nueva creación del territorio, hecho que permitió la devolución del antiguo santuario de Santa Cruz, hoy Carrillo Puerto, a los líderes mayas y el traslado de la capital del territorio a Payo Obispo, podemos mencionar las rebeliones contra las medidas revolucionarias, levantamientos que fueron encabezados por los coroneles Manuel Cepeda Peraza y Abel Ortiz Argumedo, a principios de 1915, estos eran apoyados por los hacendados y comerciantes yucatecos que se oponían a la liberación de los peones mayas en las haciendas.
Para combatir esos levantamientos el jefe constitucionalista envió al general Salvador Alvarado nombrándolo gobernador y jefe militar de Yucatán, luego de derrotar a los reaccionarios en mayo de 1915, Alvarado inició la aplicación de una serie de medidas reformistas en los ámbitos económico, social y político de la Península. Así, a principios de junio del mismo año el general Alvarado desembarcó en el puerto de Vigía Chico con un batallón de yaquis y luego se reunión con los jefes mayas cruzoob Guadalupe Tun, Sil May y Florentino Cituk para entregarles Santa Cruz ya desocupada por la población blanca, trasladando la capital política y administrativa a Payo Obispo, esto ocurrió entre el 14 y el 18 de junio.
El administrador de la aduana, Pedro Gazca, fue quien se encargó de la desocupación de Santa Cruz y de Vigía Chico, luego de haber tenido cerca de 4 mil habitantes Santa Cruz quedó en ese entonces prácticamente desierta. Muchos se embarcaron desde Vigía Chico rumbo a Payo Obispo o Mérida, Según la historiadora Lorena Careaga Viliesid, este fue un momento clave en el desarrollo histórico de Quintana Roo, ya que al separar a la población blanca de la población maya, Alvarado transformó radicalmente las condiciones sociales y económicas que habían existido hasta entonces. Esa medida permitiría posteriormente el fortalecimiento de los grupos mayas, y de hecho sentó las bases para que el general Francisco May llegara a tener el control absoluto de la zona central del territorio.
Pese a que les habían devuelto su antigua ciudad sagrada los mayas no regresaron inmediatamente a establecerse en ella. En agosto sobrevino una epidemia de viruela que diezmó a los mayas: los ocho o diez mil que se refugiaban en la selva disminuyeron a unos cinco mil, fue hasta finales de 1915 que uno de los grupos sobrevivientes inició su retorno a Santa Cruz, el antiguo santuario maya rebelde, su líder era Francisco May y junto con él vinieron otros jefes como Encarnación Varela, Pedro Canul, José María Yam, Loreto Chan, Ceferino Cauich y Aplinario Dzib con sus familias. Lo primero que hicieron fue destruir todo lo que recordaba la época de cruel persecución ejercida en su contra por el general Bravo y sus tropas: descarrilaron lo que quedaba del ferrocarril militar, levantaron sus vías, destruyeron las líneas telegráficas y telefónicas, el cuartel, dinamitaron el aljibe. Al llegar la noticia a Mérida se pensó que comenzaría una nueva rebelión maya y se enviaron fuerzas federales para reprimirla, pero May y su gente impidieron su entrada. Así, en este contexto comenzó a repoblarse lo que luego se convirtió en nuestra actual ciudad.
Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, 26 de junio de 2008.
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